Miguel Hernández
Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre,
claro y profundo.
15 comentarios:
Un soberbio homenaje, sin duda, con la sencillez que caracterizaba a este genial arquitecto de palabras.
Un beso, Iliamehoy.
Una autentica maravilla ,verdad?
y tan musical....
un beso ilia.
Qué maravilla de poema.
Cuando repites una frase rodeada de cosas sin sentido ya saben el resultado, un poema genial y un vientre lindo. Claro que lo fácil es decirlo cuando ya está hecho, ¡así cualquiera!. Un abrazo.
Como escribía...
Muy bonito.
Besos.
Ardiente deseo de un encarcelado.
Honda esperanza del hijo que habrá de suplir al primero muerto.
Escribe Miguel Hernández este poema 63 de su "Cancionero y romancero de ausencias" entre el 61 -Hijo de la luz y de la sombra- dedicado a su primogénito muerto a los pocos meses y el 79 -Nanas de la cebolla- escrito desde la cárcel al hambre de su segundo hijo recién nacido.
Impresiona más leerlo en ese contexto y dedicarle así el más sentido recuerdo tras su temprana e injusta muerte.
Gracias por estos momentos.
Besos.
Así da gusto comenzar el día.
Muchas gracias.
John W.
Yo misma escribí una vez que el mejor viaje es el que cruza el rubicón de tu vientre.
Un abrazo
Joder, cómo me he despistado que ya vas por el tercer post desde mi último comentario.
Coincido con Ominayas en que nadie como Miguel Hernández ha sabido elevar de tal modo la sencillez a poesía.
Otro claro ejemplo de ello son estos versos tan queridos para mí, que siempre escucho en la voz de Joan Baez:
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Descartes cifró todas sus esperanzas en hallar una sola cosa que fuera cierta e indudable. Se quedó con el frío y solitario "pienso luego existo". Yo preferiría con Miguel Hernández la calidez de ese vientre claro y profundo.
Un beso!
Sí. Poesía que se mastica.
Talento!
¡que casualidad! esta tarde, buscando la canción para ilustrar el texto de mañana, escuché este poema cantado por Serrat, ¿sabías que él lo musicó?
biquiños,
Miguel Hernández siempre me deja un poso de tristeza. De la vida que pudo ser y no fue. De las guerras inútiles. De la miseria, del hambre...no sé...recuerdo la época en que varios amigos musicaban sus poemas, y siempre me daba una melancolía!
Pero que belleza sus palabras, sencillas, auténticas, delicadas, profundas.
Besos, querida Ilia
Tanta belleza, querida Ilia. Tanta miseria.
Precioso y triste.
Un beso fuerte.
Ese vientre que alberga tan extraordinarias capacidades.
Eso, y mucho más.
Precioso el poema.
Besos.
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