Se querían, en ese espacio que fluctúa entre mucho y nada. Acomodaban una vida de costumbres básicas, sin aspavientos , como escribiendo los días línea a línea con una ortografía sin faltas. Apareaban enfados con frases serenas , comedidos, sin traspasar la frontera de los territorios conocidos, esos que transmiten una seguridad aparentemente indestructible.
El paso de los años en convivencia, barnizó con una pátina amable ese guardar las formas, las maneras, esa obediencia a las directrices que pautan un ir haciendo sin problemas. Pactando tácitamente, sin dramas, pero también sin risas desbocadas, un pasarse la pelota, con toques suaves, ahora tú, ahora yo, dejemos las emociones fuertes para los que no saben gestionar sus malestares.
Una carretera sin curvas, un trabajo estable, dos niños la mar de monos, un poco traviesos, pero lo justo, como esa sopa tibia debidamente sazonada. Todo razonable. Y fines de semana divertidos, paseos por el campo, la playa en verano, cine los jueves, cena romántica dos veces al mes, a ser posible, en viernes, si no coincide con un partido, o una cena de mujeres.
Fue precisamente a las puertas de un fin de semana, viernes con velas, música suave y restaurante vegetariano en el que Marta se retrasó…. Una reunión a última hora, nada serio, luego el párking. Ultimos retoques de maquillaje en el espejo de la visera, paso ligero, Gustavo aguarda degustando un zumo de zanahoria con manzana, ella se acerca por la espalda y esgrime el gesto cotidiano de saludo, se inclina y roza su cara. Precisamente en ese instante, él siente su contacto como un disparo en la nuca y a partir de ahí ya nada encaja.
Cayó el decorado, a plomo, como un vino espeso derramado en un descuido, y todos los sentidos, de tan comunes, se dieron por desaparecidos.
23 de noviembre de 2924
Hace 23 horas
17 comentarios:
¡Clavao!
Ahí va mi sonrisa:-)
De repente.
Sin previo aviso todo había acabado.
Que fuerte.
Besos.
Así acaban muchas cotedianeidades.Sólo es cuestión de tiempo, que salte todo por los aires; me recuerda cuando ocurre un maltrato o un asesinato y pregunstan a los vecinos y todos responden " pues eran una familia muy normal, salian juntos a pasear por el parque".Será eso que eran demasiado normales, demasiado sentido común....
Felicidades por el texto, un gran beso Illia.
Magnífico retrato de la relación cotidiana de pareja, que cuanto más segura y cimentada parece más pende muchas veces de un hilo.
Todo acabó como un disparo en la nuca. Qué fuerza final del relato!!!
Besos.
Exactamente eso.
Cae el decorado , y los que actuaban ya no saben dónde están ni dónde estaban .
Muy bueno , Iliame.
¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!
Auténtico.
Genial.
Muchos besos, linda Ilia
Querida Ilia, me ha entrado un pánico repentino que se me va pasando ahora que reparo en el desorden de mis cotidianidades.
Un beso enorme,
Dios nos libre amiga... Veo que se está desarrollando un movimiento de panico ante las queridisimas normas elementales de la vida cotidiana...
Se avecinan tiempos de delirio y frenesi...
Ay, ay...
Un abrazo frenetico, amiga
Yo creo en las bondades del sentido común, mi sentido común, porque él es el que me dice que a veces cuestionar es necesario, o reir a carcajada fuerte, o llorar en silencio. Y si algo se acaba, el sentido común me dice, que se ha acabado y punto.
Un abrazo, un retrato estupendo el que nos traes hoy
¿sabes por qué me gusta este estupendo relato? pues porque, lejos de lo que pueda parecer, es totalmente creíble.
creo que las deciciones importantes, esas que nos llevan tiempo porque nos jugamos mucho, suceden así, en un instante, mediante un gesto, o una frase o un olor.
biquiños,
¡Pues yo no me lo esperaba!, al menos de esta forma; conozco estas construcciones laboriosas, y necesitan bastante ayuda para ser derribadas (generalmente por parientes, allegados y aspirantes). En cualquier caso debo decirle que la forma de descripción es impecable y detallada, con ingenio y clarividencia, a no ser que esté tirando de No-Do biográfico, con lo que debería abundar en el elogio a su juicio autocrítico.
Escribe Ud. de maravilla, y me resulta siempre muy grato visitarla.
A nadie le gusta morir de muerte lenta. Los valientes, sacan la pistola.
Excelente relato.
Es el tiempo en el que los muros invisibles se van construyendo entre la pareja...Ni tan siquiera ellos mismos son cosscientes de su crecimiento y firmeza, basta un pequeño descuido y ¡ya está! la separación es irreparable.
Me ha gustado y mucho.
La aparente perfección oculta miserias, las cuales, al ser descubiertas…dejan al desnudo toda ficción. Lamentablemente ocultar y parecer…son cualidades comunes y ordinarias en este mundo.
Espero no llegar a eso.
Un saludo sin rutina para vos
No recuerdo quién decía que hay hasta quien se aburre sin saberlo. Me temo que es lo que sucede con tantas parejas que van deslizándose de la mano, día tras día, año tras año, por un río seco de aburrimiento y falta de pasión. Encubierto por una y mil rutinas engastadas, enmascarado por una y mil sonrisas autocomplacientes, tapado por una y mil conveniencias. Hasta que un buen día el más nimio e insignificante detalle saca a la luz el carácter ficticio de la obra amorosa que desde hace tanto se esfuerzan por representar.
El problema es que algunos, incluso después de haber sentido ese disparo en la nuca, lo convierten en su memoria en el molesto picotazado de un insecto cualquiera y pretenden seguir viviendo sobre las ruinas del decorado. Nuestra capacidad de autoengaño puede llegar a ser abrumadora.
Excelente relato, como siempre, mi querida Ilia.
Un beso y una sonrisa
Me encantó el final. El tiro de gracia, el último martillazo.
Besos descafeinados!
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