lunes, 22 de noviembre de 2010

vientos del este

No asoman al mundo antes de las 13:50; trastean en la cocina entre frases inteligibles y voz pastosa con un tono monótono que destila todavía los excesos de cada noche.
Ellos, traspasan con dificultad la barrera de los 23, huelen a colonia cara, apenas si saludan las escasas veces que coincidimos en el ascensor, conducen coches de fabricación alemana, de plancha impoluta y tapizados en cuero de luxe; visten vaqueros desgastados, camisetas fashion y gesto que dibuja la desfachatez de quien cree haber llegado a la cima por un atajo.
Ellas, casi adultas, ejercen de modelos en un bar de carretera, desfilando entre copas y babas por el módico precio de una vida sin alas y un lugar en la tierra prometida.
Cuando la madrugada se cierne en el barrio y los sonidos languidecen en el hemisferio obrero, la locura desata su rostro más oscuro , estalla en gritos presumiblemente humanos y altavoces sensorround ;el alcohol y otras sustancias corren por las venas de los habitantes del ático; la fiesta se prepara en horario laboral de vampiros con meticulosa puntualidad cada día de la semana, festivos incluidos, celebrando de antemano los beneficios que les esperan a tan solo 16 km. Ellos y ellas se sumergen en su disfraz, salen dando un portazo que retumba en las seis plantas y conceden aproximadamente 5 horas de calma.
Nunca más tarde de las 6, cuando se establecen las conversaciones entre la luna y el sol para concederse el relevo, otro portazo, algo parecido a un traslado inesperado y algún que otro grito les devuelven por fin a su cama.
Por suerte, no les funciona el jacuzzi.

14 comentarios:

Dol dijo...

uff, vaya agobio.
A éstos sí que les convendría caminar un poco , para depurarse .
Me alegra leerte otra vez.
Besos.

El Drac dijo...

Y pensar que algunos no pueden vivir si este tipo de fiestecitas y he sabido de quienes viven esperando toda la semana el fin de semana para irse de parranda. Aunque usted...¡¡no lo crea!!

TORO SALVAJE dijo...

Que con sus vidas hagan lo que quieran pero que dejen vivir, y dormir, a los demás.

Besos.

Luis Cano Ruiz dijo...

Con vecinos como esos, o aislas todo el inmueble, o inviertes en tapones para los oidos, o te cambias de casa.

Espero que sólo tengas que emplear la primera (algunos días).

Cuídate.

matrioska_verde dijo...

¡Que cansado, por favor! Odio la noche en esos aspectos. Me encantan estar hasta tarde viendo una película en el sofá o leyendo o charlando con unos amigos pero eso… ¡Insufrible! Biquiños.

virgi dijo...

Tremenda incomodidad. No piensan ni un segundo en los otros, ni se les pasa por la cabeza que puedan molestar. Y si lo pensaran, muchos lo harían incluso peor.
Tómatelo con calma. No pierdas tu sonrisa, querida Ilia.

pepa mas gisbert dijo...

Y es que de una manera hermosísima has venido a decir que el que no tiene educación, no tiene educación, por mucho que posea de todo lo demás.

manu dijo...

Jajajajaja, qué bien la pasan algunos!

En algunos momentos recordé mis veranos de hace un par de años atrás (ahora me controlé jaja), si bien no había autos de fabricación alemana…los horarios y algunas cuestiones…eran parecidas.

Ahora voy a contradecir lo que dije al principio, debe ser feo vivir así, el exceso diario carece de diversión (a la larga) y se vuelve algo tan rutinario como levantarse a las 8am para ir a trabajar.

Salutes!

Chus dijo...

La noche me supera, el sueño suele vencerme, ni en mis mejores tiempos en Santiago, he sido una gran trasnochadora
Un Abrazo

Anónimo dijo...

Esos vientos son insoportables si los tienes en el ático y más nosotros que estamos acostumbrados a la furia de la tramuntana, que llega impetuosa y nos libra de humedades.
Un beso

Miguel Baquero dijo...

Hay gente que va por la vida dando portazos. No me gustan nada, ni ellos ni los portazos

Isabel dijo...

Lo malo es que con algunos ruidos no vale otra cosa que ponerse tapones.

Besos.

Anónimo dijo...

Gentuza hay en todas partes; no encuentro otra palabra para quien es desconsiderado con quienes le rodean.
Entiendo que pedirles que piensen en los demás, cuando no piensan en sí mismos, es perder el tiempo. Viven y mueren meteóricamente, lo malo es que siempre hay recambio.

Juanjo Montoliu dijo...

Un símil perfecto para un comportamiento que no es tan nuevo.

Besos.