viernes, 24 de septiembre de 2010

welcome






El mundo de Simón se despeña por el acantilado del desencanto cuando su tristeza topa con la firme convicción sin estridencias de un adolescente de 17 años.
Bilal, caminó más de 4000km desde el kurdistán iraquí por amor. A escasos 33km. de su meta, el agua helada del Atlántico levanta una muralla de odio y convierte su odisea en un estúpido acto delictivo.
WELCOME; esa era la palabra que impúdicamente esgrimía el felpudo del vecino que denunció a Simón por acoger “ilegales” en su casa.
Tranquilos. Mantengamos la calma; al fin y al cabo, los sueños nunca fueron permitidos a los parias.

martes, 21 de septiembre de 2010

chek-out

Suena el despertador aún en la penumbra de un domingo de horizonte incierto. Me arranco el ánimo de entre las sábanas y perpetro la rutina de los últimos 130 días.
Cuando enfilo la cuarta rotonda, una línea roja incandescente explota ante mis ojos y me regala un maravilloso amanecer que inunda con fuerza la estrecha grieta entre el cielo encapotado y la tierra adormecida.
Me cruzo con pocos vehículos, los últimos rezagados de una noche derramada entre humo ,alcohol y a saber qué otros anestésicos del hastío; por unos kilómetros esa soledad me aporta la calma suficiente para enfrentar mi último día de trabajo.
Llego puntual y despierta a la recepción. Todo sigue igual, pero con la certeza de que cada paso es el último de la temporada. Los pocos clientes cruzan la barrera de salida a cuentagotas, remoloneando en su tarea de cambiar el bañador por la camiseta de manga larga para emprender ruta de vuelta a casa. Empaquetar ordenadores, charlar del invierno que nos espera, de las anécdotas del verano, de cuántos volveremos el próximo año, galletas y cava para celebrar la culminación de cuatro meses intensos, intercambio de libros prestados, fotos, añoranza en las miradas, y si, un pellizco en el corazón porque esto se acaba.
Entrego mi uniforme y mi placa, me siento casi como la protagonista de una serie policíaca en su capítulo final ; firmo el finiquito, más abrazos, y tengo que empujarme a subir de nuevo al coche ... cerrar por fin esa etapa de un verano intenso y distinto.
P.D. ( pido disculpas) por la foto. Dado el lugar, la hora y las consiguientes imprudencias, espero no me lo tengais en cuenta.

lunes, 6 de septiembre de 2010

re paro

Caen las horas de luz asidas a un calendario que deviene estrecho, que me ahoga, como esa escasez de imaginación y ese nada de ganas con que me despierto. Estampo la rutina con la inercia del deber aprendido, la constato con los gestos que de mi se esperan y ni siquiera me pertenecen; los tomé prestados junto con el uniforme y la firma del contrato; ése que ya respira finiquito, muchas gracias por todo, nos vemos el próximo año, olvidemos broncas y malas caras, qué bien lo hemos pasado juntos...
No sé si quiero que así sea pero la pereza que me habita optará seguramente por ese listado de frases tan huecas como adecuadas; imprescindibles cuando desierta la osadía, o el libre transitar por las circunstancias si el temor a perder incluso algo que ya no me hace falta.
Mientras, dibujo los garabatos de la incertidumbre que a 21 de septiembre me aguarda. Otoño en ciernes aún con ganas de verano, paro, libertad con miedo, café sin hielo y con charlas, la casa patas arriba, playa sin multitudes, las alas apelmazadas de tanto intento por no permitirles que expresaran esas ganas locas de escapar a cada rato.... y el camino sigue borroso.
Echo de menos el paseo pausado por vuestras palabras, y pataleo impotente por no poder seguir vuestro paso, que las curvas sin vosotros son murallas.