Y de nuevo ese nudo que mira las horas y me desbarata….; vuelvo a cargar con mi mochila, a respirar fuera de casa; mañana empieza la línea que dibujaré en el mapa de España: desde el extremo Este, hasta cruzar los puntitos de la frontera lusitana y desembocar en el Atlántico donde el Duero cambia su nombre, en un juego de vocales , para sonar diferente y mezclarse con agua salada.
Entre doblar camisetas, el champú, las zapatillas, la ilusión, un medio miedo, se cruza en el pasillo un atisbo de pena; dejaré , al final lo he decidido, el portátil en casa; y sé que va a dolerme, ese blog de cada día , desde donde cada mañana desayuno versos, pensamientos, y miro al mundo con más ganas.
Y que os echaré de menos, como a mi perra y a mis caras conocidas, a mi calle, a lo que a veces me aburre, a mi mar, al olor de mi hermosa albahaca;
Y el caso es que ya asomaron las alas que hormiguean en mi espalda, noto mis pies más ligeros, y un pincel de caramelo me pinta ilusión en el alma.
Y que septiembre contará hasta 15 rapidito, con muchas ganas, para volver a abrir la ventana y encontrarme paseando de nuevo por vuestras palabras.