martes, 29 de septiembre de 2009

desprendimiento de rutina

Desperté y aún olía a verano, pero sólo atiné a respirar tristeza; se me ocurrió que tal vez, y mirando de reojo mis últimos nueve meses, se debiera a ese cese de actividad laboral que me paralizó en invierno, trajo flores y aprendizajes en esa primavera nepalí, explosionó en mil colores en un verano lleno de sorpresas, y anda revolviéndome las tripas y el alma en ese otoño que se resiste pero insiste.
Desperté, y no estaba, mi sonrisa se descolgó del trapecio de mi cara y anda jugando al escondite; con un galopante desprendimiento de rutina, el tiempo me pisa y yo, intento no escuchar las voces oscuras que entraron en mi cerebro; busco esos argumentos que me hacen sentir optimista, incluso valiente ante esa marejada incesante de viejas actitudes que desaprendí aunque ahora se estampen de nuevo en esa orilla pespunteada.
Desperté y la fiesta había terminado; sentada en el bordillo observo los restos, esa prisa que pertenece a los otros, el hilo sobre el que se sostienen simulando criterio, la vida blanda sobre la que resbalan .No voy a levantarme, al menos de momento, porque adivino que debo mirar hacia otras esquinas que todavía no acierto a ver, porque la paciencia recién estrenó temporada, y porque ese existir ingrávido obedece a una causalidad extraña, me habla en un idioma raro, y se muestra resplandeciente cuando me acuno las ganas.
Desperté, y probablemente eso ya significa algo….

noche de cine

Olivia ya no puede ser feliz.
Fin mide 133cm.
Joe busca conversación a todas horas.
Y con esos 3 ingredientes, una gran dosis de humanidad, y muchas cosas que decir, se teje un guión sabio, con sabor a hiel, pero que tras 90 minutos deja en el alma la huella indeleble de lo que siempre espero del cine.
Ayer, LA 2 me regaló esta perla cultivada con cariño e inteligencia .
THE STATION AGENT. USA 2003. DIRECTOR: THOMAS McCARTHY

domingo, 27 de septiembre de 2009

y...ahora, echo de menos... (2)

La dunas de Merzouga, el olor de mis libros nuevos en septiembre, a mi madre con mi edad, la lancha de Tortuguero, la calma de Puerto Viejo, mis risas de los 16, el patio de mi primera casa, el vamos a la cama con pijama y chupete, el horizonte esférico de Patagonia, los abrazos de Jorge, la biblioteca de Efeso, mi flequillo de primera comunión, las utopías limpias, un café antes del insomnio, los macarrones de Asmita, Tamel por la mañana, la seguridad en las manos de mi padre, una noche sin dudas, la blancura de Pamukkale, la imaginación sin cerrojos, el verso más ágil, los sueños de una pieza, mi cabeza con pájaros, un billete a Atenas, el mar todos los días de la semana, querer y seguir creyendo que puedo, decir no sin remordimientos, masticar el sí con ganas, sentirme casi siempre, dormir ocho horas largas…..
Y no sé si debo continuar, porque si me miro por dentro, aún puedo ver, casi tocar, cada una de esas sensaciones que guardo garabateadas incluso cuando como ahora, las echo de menos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

el equilibrio aparente

- Si hoy es martes, entonces Pablo tiene sida – se dice Laura mientras termina de fregar los restos del vómito al lado de la mesilla-
Recoge el cubo y dispensa una sonrisa apaciguadora al rostro que se sostiene sobre un cuerpo astillado que apenas dibuja arrugas entre el colchón y las sábanas.
Sale al pasillo mientras observa el reloj; su turno ya ha terminado. Encerrada en la habitación de taquillas adosadas, muda su uniforme manchado de futuros desahuciados por el traje de las apariencias que viste al pisar la calle.
La noche de marzo se mezcla con el embrujo del perfume que destilan sus lóbulos cargados de oro y plata; y el tráfico ahora menos denso, permite tararear el sinuoso taconeo de unos zapatos muy caros.
Ya en el coche, y tras recobrarse en el espejo, dibuja en su frente perlada de retinol, el mapa de sus recorridos en la rutina semanal.
Conduce despacio, la prisa por llegar a casa cayó herida de muerte en la alfombra persa del dormitorio, en ese instante de duda que Alvaro convirtió en la punzante certeza de una infidelidad. Y al lado de la prisa, con los años fueron enterrándose entre los hilos de lana, la alegría, el deseo, la paciencia y el amor; por el dúplex de 220m2, desfilaban cada día, el silencio, el abismo, y un enmohecido por qué me has hecho esto? ataviado con un rencor que seguía creciendo.
Aparca en el garaje, lanza un hondo suspiro y mientras sube las escaleras, llena su cerebro de horas y obligaciones para mañana : una equilibrada combinación lúdico-caritativa diseñada para sobrevivir en las afueras del pensamiento.
Cuando abre la puerta, la escena de su vida aparece inmutable: Alvaro lee el periódico distraídamente en su sillón, la cena dispuesta en la mesa que Nancy dejó antes de marchar, Laurita jugando abducida en la wii y Cora, la perrita, el único ser animado que se acerca a recibirla. Mientras se agacha a acariciarla, vuelve esa náusea impertinente que dura lo suficiente para recordarle …. Qué más da, ya pasará.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

entre el cielo y el suelo


Me gustan los aeropuertos, unos más que otros, pero me gustan. Y no hablo de arquitectura, ni diseño, ni manejabilidad, ni prestaciones, ni siquiera de sus cafeterías, o de su salas de fumadores cada vez más escasas.
Me gustan porque en ese territorio de los sueños, los abrazos se suceden con una facilidad poco usual en cualquier otra parte; es el lenguaje predominante con el que los seres queridos se funden en un diálogo hermoso y limpio; una comunicación que parece sólo admitida en ese cosmos particular, en el que mostrar las emociones no está penado con miradas reprobatorias; un lugar con permiso tácito para entreabrir la puerta del corazón; la zona de descanso para dejar por un momento las formas impuestas e intentar reencontrar la esencia que nos mueve; un espejo que refleja buenas intenciones y permite el armisticio a un cerebro adiestrado en la prisa y la productividad; una tregua en la lucha sin sentido que cada día emprendemos y que cada vez nos cuesta más entender; una orilla al abrigo de amenazas dónde la ternura escancia un bálsamo reparador que protege la piel de la crispación global.
Es así como la vida entra y sale cada vez que las puertas se abren, con mil ojos expectantes, que buscan concretarse en esa figura que se aleja, o en esa otra a la que por fin poder de nuevo abrazarse.

viernes, 18 de septiembre de 2009

tras la cortina azul

A mi padre se le escapan las venas; bajo la piel huyen asustadas presintiendo el pinchazo inminente; en su rostro adivino un velo de dolor, eso si, escondido tras la fuerza que todavía le sostiene.
Su corazón volvió a hacer escala en un puerto fuera de ruta, y de nuevo pasa sus noches tras la cortina azul, con comida transparente y oxígeno de prestado.
Las horas caen a gotas en ese universo de lágrimas contenidas y sufrimientos clasificados en expedientes; él en la cama, y yo, acurrucada en el rincón observamos la vida latir a otro ritmo: el ángel que nos guardó la primera noche, el que dio el empujoncito a ese corazón perezoso, entra avalado por su sonrisa y su cara de bueno; tras la puerta se escucha el taconeo de Barbie-cirujana que desfila por el pasillo; al-magrehb pasa la mopa en círculos matemáticamente estudiados; un gemido insistente suena atroz al otro lado de la planta; el carrito de la cena chirría, hiriendo oído y olfato ( me recuerda tanto a los menús de los aviones!!!); un auxiliar de amarillo toma la presión y la temperatura, eficaz pero sin alma; la enfermera –nomevayaadescuadrarelprograma- entra con prisa, pincha y sale casi sin mirarle a la cara… y así en un incesante goteo que sigue las 24 horas de un día que parece tener más.
Y así mi padre escala poco a poco hasta el umbral de la vida, la que espera seguir teniendo tan pronto le han permitido descorrer de una vez, la cortina azul.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

estados unidos

Desubicada en mis tiempos, con piedras en los zapatos, un ligero dolor en el ánimo, un orgullo que se rasca, dos noches para la tristeza, una mañana con lágrimas, una dieta sin equilibrio, un cuaderno con faltas, las manos algo caídas, la mirada desde el bordillo, el insomnio en primera página, hospital de noche, los amigos cerca del alma, palabras sueltas, emociones en jarras….
La vida latiendo despacio, y la sonrisa, esa, nunca se escapa.

domingo, 13 de septiembre de 2009

hoy, mejor no....

Hoy no quiero oir palabras
que quieran vivir a lo grande,
que amenacen con quebrar
la salud de un ánimo frágil


Háblame de ternura
con los ojos de mirarme
hazme un hueco en la almohada
para que las lágrimas resbalen
saladas, y en desordenada fila
rostro abajo, sin mesura

Quiéreme despacio
al oído,
deshilachando la pena
que despertó conmigo


Abrázame de palabras, insiste
como si el futuro existiera
o para recordarme que a veces
sólo a veces
la verdad no es tan triste.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

replegando las alas....




Lentamente, encogí mis alas viajeras y descendí sobre el nido que ya me aguardaba impaciente.
Foto: Tomada poco antes del atardecer en Frómista ( Palencia) . La cigüeña, tan real, tan cerquita , parecía dibujadada en ese azul tan cielo.