lunes, 27 de diciembre de 2010

entre el cielo y el suelo

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Seis instantes acariciados con la prisa por atraparlos, detenerlos e incluso perpetuarlos, con la certeza del momento único e irrepetible aún cuando un nuevo atardecer maquillaría el cielo mañana, como siempre…. pero nunca igual.
La magia se reinventa cada día y nos envuelve a pesar de que a menudo ni siquiera reparamos en ello, cabizbajos y dispersos perdemos la posibilidad de sentirnos parte de un milagro.
Vaya pues mi deseo: caminar despacio, pisando con determinación el suelo, sin olvidar nunca volver la mirada al cielo y mientras respirar, seguir viviendo.
Fotos: Atardecer en Bercianos del Real Camino (León)

jueves, 16 de diciembre de 2010

tarde de domingo

Anda de puntillas, la cabeza moteada, el flequillo en línea oreado de forma imperceptible por la brisa líquida que la traslada, en un vaivén sinuoso, de marea a la baja y tímidamente roza la alfombra de piedra que bordea la orilla.
Es tan hermosa que incluso llego a imaginar que sus dedos de gelatina son incapaces de anestesiar mis pies si finalmente decido cruzar la barrera transparente que junto a cientos de hermanas gemelas, blandas, flanquean la entrada al mar.
La tarde sonríe azul y la cala solitaria reparte boletos con susurros irresistibles de agua fresca y abrazos de sal.
Finalmente la razón gana al impulso que ya decrece en el ánimo, y asisto desde platea al mejor domingo soñado.

Fotos: Cala Guillola. Parque Natural Cap de Creus. Girona

lunes, 6 de diciembre de 2010

la piel de la luna


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Perezosa y redonda, remolonea en el cielo barnizado de azul,
trasnocha mientras resbala en el horizonte y persigue la quimera de trascender en esa línea infinita que dibuja Castilla en el mapa.
De orografía pecosa en cuanto el sol sugiere su presencia, se diluye tras las nubes para mutar luminosa, incandescente y ser una vez más de la noche, la diosa.

domingo, 28 de noviembre de 2010

devotos

A estas horas, y en el lugar que habito, después de soportar una pobre (por falta de dinero y de ideas) campaña electoral, se me invita a la reflexión para ejercer lo que llaman el derecho ( y no puedo dejar de sentirme acosada por ello) al libre ejercicio de mi libertad democrática ( déjate de tonterías y cumple con tus obligaciones, vota y calla que aunque no nos importes, ahora nos haces falta ) .
Me asquea tanto ese teatrillo con decorado de cartón quebrado como el insoportable sentido del deber que aún consiguen despertarme esos aspirantes a monigotes con traje y escaño. Dejen ya de decirme que no merezco ser ciudadana si me voy al monte a pasear en lugar de depositar una estampita por la ranura de la caja que les llevará con mi inestimable ayuda a ejercer de dioses por otros cuatro años; que hay que ser valientes, solidarios, fervientes devotos de la cofradía del engaño perpetuo, sumisos acatadores de impuestos... pero eso si, orgullosos integrantes de un paisito estrecho que con uñas y dientes se agarra a la cola del primer mundo mientras silba disimuladamente para no admitir el trompazo cuando caiga al barranco.
Y el lunes, cambio de corona...bueno el martes, que primero hay que parar el mundo … silencio se rueda el Madrid-Barça.

lunes, 22 de noviembre de 2010

vientos del este

No asoman al mundo antes de las 13:50; trastean en la cocina entre frases inteligibles y voz pastosa con un tono monótono que destila todavía los excesos de cada noche.
Ellos, traspasan con dificultad la barrera de los 23, huelen a colonia cara, apenas si saludan las escasas veces que coincidimos en el ascensor, conducen coches de fabricación alemana, de plancha impoluta y tapizados en cuero de luxe; visten vaqueros desgastados, camisetas fashion y gesto que dibuja la desfachatez de quien cree haber llegado a la cima por un atajo.
Ellas, casi adultas, ejercen de modelos en un bar de carretera, desfilando entre copas y babas por el módico precio de una vida sin alas y un lugar en la tierra prometida.
Cuando la madrugada se cierne en el barrio y los sonidos languidecen en el hemisferio obrero, la locura desata su rostro más oscuro , estalla en gritos presumiblemente humanos y altavoces sensorround ;el alcohol y otras sustancias corren por las venas de los habitantes del ático; la fiesta se prepara en horario laboral de vampiros con meticulosa puntualidad cada día de la semana, festivos incluidos, celebrando de antemano los beneficios que les esperan a tan solo 16 km. Ellos y ellas se sumergen en su disfraz, salen dando un portazo que retumba en las seis plantas y conceden aproximadamente 5 horas de calma.
Nunca más tarde de las 6, cuando se establecen las conversaciones entre la luna y el sol para concederse el relevo, otro portazo, algo parecido a un traslado inesperado y algún que otro grito les devuelven por fin a su cama.
Por suerte, no les funciona el jacuzzi.

miércoles, 10 de noviembre de 2010


Con esta.........

Y con estas.......






llegué hasta aquí..



De Roncesvalles a Santiago. Un mes. Casi 800 km. Aproximadamente 1200 fotos. 7 provincias. Más de 7kg en la mochila.40 selllos estampados en mi credencial de peregrina. Una compostela con mi nombre en latín.....
Tan sólo el titular de mi octubre aventurero; todavía acomodando mis pies a los zapatos, mi cuerpo a las tensiones musculares; mis ojos siguen buscando flechas amarillas en fachadas y aceras, y mi alma.... quizás esta vez, haya por fin aprendido a no claudicar.


miércoles, 6 de octubre de 2010

el camino de la sonrisa

Ocurre cada vez que la saco del armario, acaricio su textura sintética, desato sus múltiples cintas y abro una a una sus cremalleras camufladas.... mi mochila sonríe con la complicidad de la compañera que aguarda impaciente la nueva aventura. Tal vez ella sepa mejor que yo la que esta vez nos aguarda, pero a escasas horas de la partida, qué importa...
Roncesvalles en otoño, lluvia, algo de frío, inicio de “ el camino”, andar pausado, y sentir que a cada paso se me renueva la vida.
Ni cómo ni por qué ni hasta cuando tiene esta vez cabida en mi itinerario, parto del caos y pretendo que mis piernas marquen el ritmo con el que pretendo provocar el movimiento rotundo, necesario, de todas mis esquinas, para cercenar de raíz la maldita sensación de seguir resbalando.
Y que no me importe la meta, ni la etapa, quiero especializarme en saber contar mis pasos, mientras siento más que pienso, me suelto la melena, me perdono, miro y veo, no juzgo y las horas pasan igual pero tan distintas que mi vocabulario se desmadeja para aprender a tejerlo desde otros tantos puntos que ni siquiera ahora comprendo.
Y.. que tomar decisiones sea tan natural como respirar en los buenos momentos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

welcome






El mundo de Simón se despeña por el acantilado del desencanto cuando su tristeza topa con la firme convicción sin estridencias de un adolescente de 17 años.
Bilal, caminó más de 4000km desde el kurdistán iraquí por amor. A escasos 33km. de su meta, el agua helada del Atlántico levanta una muralla de odio y convierte su odisea en un estúpido acto delictivo.
WELCOME; esa era la palabra que impúdicamente esgrimía el felpudo del vecino que denunció a Simón por acoger “ilegales” en su casa.
Tranquilos. Mantengamos la calma; al fin y al cabo, los sueños nunca fueron permitidos a los parias.

martes, 21 de septiembre de 2010

chek-out

Suena el despertador aún en la penumbra de un domingo de horizonte incierto. Me arranco el ánimo de entre las sábanas y perpetro la rutina de los últimos 130 días.
Cuando enfilo la cuarta rotonda, una línea roja incandescente explota ante mis ojos y me regala un maravilloso amanecer que inunda con fuerza la estrecha grieta entre el cielo encapotado y la tierra adormecida.
Me cruzo con pocos vehículos, los últimos rezagados de una noche derramada entre humo ,alcohol y a saber qué otros anestésicos del hastío; por unos kilómetros esa soledad me aporta la calma suficiente para enfrentar mi último día de trabajo.
Llego puntual y despierta a la recepción. Todo sigue igual, pero con la certeza de que cada paso es el último de la temporada. Los pocos clientes cruzan la barrera de salida a cuentagotas, remoloneando en su tarea de cambiar el bañador por la camiseta de manga larga para emprender ruta de vuelta a casa. Empaquetar ordenadores, charlar del invierno que nos espera, de las anécdotas del verano, de cuántos volveremos el próximo año, galletas y cava para celebrar la culminación de cuatro meses intensos, intercambio de libros prestados, fotos, añoranza en las miradas, y si, un pellizco en el corazón porque esto se acaba.
Entrego mi uniforme y mi placa, me siento casi como la protagonista de una serie policíaca en su capítulo final ; firmo el finiquito, más abrazos, y tengo que empujarme a subir de nuevo al coche ... cerrar por fin esa etapa de un verano intenso y distinto.
P.D. ( pido disculpas) por la foto. Dado el lugar, la hora y las consiguientes imprudencias, espero no me lo tengais en cuenta.

lunes, 6 de septiembre de 2010

re paro

Caen las horas de luz asidas a un calendario que deviene estrecho, que me ahoga, como esa escasez de imaginación y ese nada de ganas con que me despierto. Estampo la rutina con la inercia del deber aprendido, la constato con los gestos que de mi se esperan y ni siquiera me pertenecen; los tomé prestados junto con el uniforme y la firma del contrato; ése que ya respira finiquito, muchas gracias por todo, nos vemos el próximo año, olvidemos broncas y malas caras, qué bien lo hemos pasado juntos...
No sé si quiero que así sea pero la pereza que me habita optará seguramente por ese listado de frases tan huecas como adecuadas; imprescindibles cuando desierta la osadía, o el libre transitar por las circunstancias si el temor a perder incluso algo que ya no me hace falta.
Mientras, dibujo los garabatos de la incertidumbre que a 21 de septiembre me aguarda. Otoño en ciernes aún con ganas de verano, paro, libertad con miedo, café sin hielo y con charlas, la casa patas arriba, playa sin multitudes, las alas apelmazadas de tanto intento por no permitirles que expresaran esas ganas locas de escapar a cada rato.... y el camino sigue borroso.
Echo de menos el paseo pausado por vuestras palabras, y pataleo impotente por no poder seguir vuestro paso, que las curvas sin vosotros son murallas.

domingo, 18 de julio de 2010

historias mínimas

L. tiene los ojos del azul más intenso que puedo recordar haber visto; su figura menuda se esconde tras esa mirada redonda, como de niña asustada o tal vez con la sopresa permanente de quien descubre el mundo a cada paso. Camina ligera tras el mostador, con su sandalias plateadas y esas piernas tan tremendamente delgadas que a menudo asemejan a las de un cisne hermoso y frágil. Es holandesa, morena y dulce.
A. es rusa, ojos verdes, figura rotunda y alta. Su voz, como un susurro de agua fresca derrama las frases cotidianas con una fuerza sorprendente; Ocupa el espacio con la seguridad de quien nunca creyó que la duda fuera siquiera una opción. Acaba de cumplir 23 años.
I. posee un sentido del humor con el grado de acidez justo para resultar divertida. Su mirada es valiente y de un verde oscuro; ríe con la misma facilidad que se sulfura. Casi cada día se enamora de algún cliente joven y guapo, pero le dura lo que tarda en prepararle la documentación y devolverle el pasaporte. Vive con su novio cerca de Barcelona.
D. destila la arrogancia del hombre que quiere ser, pero a menudo se les escapan los trazos infantiles de los que aún no ha conseguido desprenderse. Busca incansable el límite, y su cerebro de 23 años en constante ebullición, padece trastornos graves cada vez que una rubia estilizada y mayor de 18 años, eso si, entra en la recepción. Nació en Holanda.
A. permanece la mayor parte de su jornada laboral con la mirada azul y preocupada, fija en la pantalla. Por su calidad de belga, y por sus muchas cualidades profesionales, habla al menos 6 idiomas. Su tono tajante, esconde inseguridad y mucha tristeza que, sin ser admitida, resulta evidente.
A. lleva 2 semanas trabajando y una vida de nómada increíble a pesar de sus 20 años. Es rubia, pecosa,alta, con los ojos azules y se mueve mejor en bicicleta que andando. O sea, holandesa.
T. construye en cada gesto la diva que puede llegar a ser; Deja de respirar si con ello consigue llamar la atención. Es una niña en un cuerpo grande, ojos azules y grandes, y también grandes cambios de humor. Vive en Berlín y tiene alergia a los perros.
L. es ante todo, buena. Excelente profesional, tímidamente cariñosa, y absolutamente independiente. Rubia, ojos azules, suiza, políglota también y mi mejor compañera....una amiga. Solo debo recordarle que no se olvide de quererse un poquito cada día.
Y luego estoy yo... pero esa ya es otra historia.

lunes, 21 de junio de 2010

las horas




Y el verano que no llega, aunque los turistas parecen ignorarlo; se deslizan hasta el mostrador de la recepción con su sonrisa de inminente estreno vacacional, me apuntan con su pasaporte, y se inicia el espectáculo, basado principalmente en la recopilación de datos y frases aún poco fluidas en mi inglés entrecortado, una especie de diálogo entre dos walkie-talkie de frecuencias distintas. Pero sonrío, les muestro el plano, explico horarios, infraestructuras, me enternezco ante esos bebés increiblemente rubios.... y vuelvo a sonreir. Guardo ficha y pasaporte, me arreglo la camiseta del uniforme.... y me preparo para el próximo asalto.


Salgo a fumar a la esquina junto a la papelera, mientras observo el escenario de mis horas. El mar a mi espalda voltea su melena de espuma , que cae ya en un desmayo sobre la alfombra de arena, en el cielo saltan los colores de las velas de kitesurf , nerviosas y divertidas por el zarandeo constante de un viento fuerza 7 . Vaivén de bicicletas, perros hermosos y extranjeros, como sus dueños, adolescentes granulados, la chica japonesa del "infopoint", musculados windsurferos, ancianos con barrigas cerveceras, familias aparentemente felices... y el verano que no llega.


Vuelvo a casa ... recorro embebida por la luz de una tarde fría y luminosa esa línea casi recta de escasos 25 km. y llana , con las ventanillas cerradas y la radio desplegando sus lazos de calma y compañía.


No es tiempo de cuestionarme. Pervivo en la certeza de andar un camino necesario, relativamente amable y por encima de todo fruto de una decisión de la que me siento absolutamente responsable.
Fotos: camino del trabajo.

martes, 8 de junio de 2010

sin comentarios

Una buena noticia: tengo un trabajo estable (como dice Reyes) de cuatro meses.
Lo que va a tardar en llegar e irse el verano que en esta costa nordeste se resiste a mostrar su cara más amable.
Trabajo en un cámping frente a una hermosa y larga playa, pero casi nunca veo el mar, sumergida en la pecera de la recepción, ocho horas hablando raro, en esa especie de delegación turístico-festiva de la ONU.
Una noticia natural: mi cerebro anda embotado y solo acierta a pensar en reservas y cómo destrabar mi lengua a cada intento por rescatar el inglés que alguna vez aprendí.
Una noticia molesta: además, mi ordenador está pasando por una fase místico-comprensiva y ha ralentizado sus operaciones a un límite insostenible, de tal forma, que no tengo tiempo para curiosear en vuestras casas, y columpiarme en mi paseo diario por nuestros lugares comunes.
Y una conclusión evidente: De momento no puedo dejaros mis comentarios porque no dispongo del tiempo necesario, el que me gusta… para saborear y luego expresar. Sé que será una situación de tránsito, pero no puedo dejar de echaros de menos y notar que cada noche se me ahueca un poquito más ese rincón del alma, que os dedico.
Eso si, mi sonrisa ahí queda.

miércoles, 26 de mayo de 2010

ángeles sin guarda

Tiene sus fotos en facebook, cara de ángel que busca el abismo con gestos ensayados pero que apenas se reflejan en su mirada blanca, triste y profunda. Flequillo corto y rastas, pantalones indios, camisetas pintadas a mano, y un perfil de niña buena que asoma indefensa a su 18 años.
El límite no existe, parece proclamar segura de si misma, en cada flash que ha inmortalizado su cámara, pero la dulzura se derrama aún a su pesar y me entran unas ganas enormes de abrazarla. Porque en su corta biografía, los años se le atragantaron de a dos, o peor aún, se los robó un destino mal programado, con errores fatales y consecutivos que la catapultaron desde su infancia tranquila a un presente plagado de esquirlas de metralla.
Berta perdió a su madre con apenas 10 años y en su entierro comenzó a desatarse la tormenta; ya no hubo días fáciles, una brecha irreparable creció deprisa en casa y no hubo manera de poder taparla. Apenas dos años después, asistió estupefacta a otro derrumbamiento: la detención de su padre, acusado de un delito muy grave que a ella y a su hermana tardaron mucho en confesarles. Dos niñas perdidas, solas, sin culpa pero castigadas, nómadas en casa de los abuelos, de su tía, sobreviven al desastre sin saber muy bien cómo o cuándo la vida será algún día un lugar recomendable.
Por eso, mirando de nuevos sus fotos, esa espalda tatuada con la imagen del “pequeño príncipe” y su ojos avellana , no puedo dejar de sentir una ganas enormes de abrazarla.

miércoles, 12 de mayo de 2010

de otras caídas.....

Hoy mi vuelo surca raso, cruza lento, el umbral de la tristeza. Mi vista, mis alas, mi corazón, por un instante detenidos, cuando un duro golpe me impacta de lleno. Un compañero de letras y comentarios, ha muerto.
No puedo anestesiar con giros literarios una realidad que traspasa, aún cuando tan sólo nos unía el delgado y complicado hilo de la red.
Y caigo, estupefacta , y me araña su caída, la rabia pisa sin pudor la sorpresa y la impotencia. Leo pausadamente su última entrada, su último comentario en la mía, en un vano intento por perpetuar el momento previo…. Tan vano, como pretender que le conocía.
Pero supe de sus letras, de su rincón…. supe que existía; y eso ya me basta.
Hoy mi sonrisa solo se sostiene por él

domingo, 9 de mayo de 2010

de caídas....

Y ahí van unos versos, descubiertos en el sobrevuelo de los rincones que me proporcionan la savia necesaria para seguir creyendo.
Este, lo encontré en el blog de marian




Si te dicen que caí es que caí.
Verticalmente.
Y con horizontales resultados.
Soy, del ángulo recto
solamente los lados.
Ignoro el arte monumental del sesgo,
esa torsión ornamental del héroe
que hace que su caer se luzca como un salto.
Ese rizo del mártir que, ascendiendo
se sale de la víctimay su propio tormento sobrevuela
no es mi especialidad.
Yo, cuando caigo,caigo.
No hay parábola
ni aire, ni fuerza de sustentación.
Un resbalón: espero. Al suelo llego
por la ruta más breve.
Un alud, una piedra,una viga a la que han dinamitado.
No hay astucias del cuerpo en mi descenso.
Se sobrevive: el fondodel abismo es más blando
para quien no vuela, sólo cae.
Si te dicen que caí,
no vengasa enseñarme aerodinámica revisionista.
No me cuentes de los que cayeron venciendo.
No vengas a decirme
que no crees que haya sido un accidente
.En lo único que creo es en el accidente.
Lo único que sabe hacer el universo
es derrumbarse sin ningún motivo,
es desmoronarse porque sí.
Beatriz Vignoli. LA CAIDA
Foto: desierto de Erg Chebbi (Marruecos)

viernes, 30 de abril de 2010

sentido común

Se querían, en ese espacio que fluctúa entre mucho y nada. Acomodaban una vida de costumbres básicas, sin aspavientos , como escribiendo los días línea a línea con una ortografía sin faltas. Apareaban enfados con frases serenas , comedidos, sin traspasar la frontera de los territorios conocidos, esos que transmiten una seguridad aparentemente indestructible.
El paso de los años en convivencia, barnizó con una pátina amable ese guardar las formas, las maneras, esa obediencia a las directrices que pautan un ir haciendo sin problemas. Pactando tácitamente, sin dramas, pero también sin risas desbocadas, un pasarse la pelota, con toques suaves, ahora tú, ahora yo, dejemos las emociones fuertes para los que no saben gestionar sus malestares.
Una carretera sin curvas, un trabajo estable, dos niños la mar de monos, un poco traviesos, pero lo justo, como esa sopa tibia debidamente sazonada. Todo razonable. Y fines de semana divertidos, paseos por el campo, la playa en verano, cine los jueves, cena romántica dos veces al mes, a ser posible, en viernes, si no coincide con un partido, o una cena de mujeres.
Fue precisamente a las puertas de un fin de semana, viernes con velas, música suave y restaurante vegetariano en el que Marta se retrasó…. Una reunión a última hora, nada serio, luego el párking. Ultimos retoques de maquillaje en el espejo de la visera, paso ligero, Gustavo aguarda degustando un zumo de zanahoria con manzana, ella se acerca por la espalda y esgrime el gesto cotidiano de saludo, se inclina y roza su cara. Precisamente en ese instante, él siente su contacto como un disparo en la nuca y a partir de ahí ya nada encaja.
Cayó el decorado, a plomo, como un vino espeso derramado en un descuido, y todos los sentidos, de tan comunes, se dieron por desaparecidos.

lunes, 26 de abril de 2010

días azul violeta




Abril de luna creciente, mañana de camiseta sin mangas, calor por fin, se despereza el azul en el cielo, aguas de cristal salado con presunción caribeña .... mediterráneo de gotas frías, sumerjo piel y todas las dudas, corta, la respiración y el nudo de las tristezas
huele a lavanda, o a alguna de sus hermanas, rozo con mis yemas, su corola violeta.
definitivamente,
la alegría reanuda la fiesta.
Fotos: Cala Tamariua. El Port de la Selva. Girona

viernes, 16 de abril de 2010

se alquila

Aprieta los dientes, y empuja con todas sus fuerzas , mordiendo el ribete de su sari rosa, ahora doblado hasta su boca y que tapa casi por completo su rostro desencajado. No llora, ni grita, ha aprendido a tragarse el dolor después de cuatro partos.
Radha siente por fin la liberación bajo su vientre, y nota como ese pedacito de vida escapa de su útero y asoma por entre sus piernas, en el mismo instante que la doctora lo recoge y corta con presteza el hilo que todavía los funde en un solo latido. Apenas si acierta a intuir el cuerpo menudo, extraordinariamente blanco, extraño, al que nunca más volverá a ver, y que ni siquiera ha tocado.
Respira pausada y exhausta, en la camilla del barracón del hospital; el calor golpea fuerte las paredes de chapa, y se deja acunar por el sopor de media tarde agarrada a su sari, y a la hermosa imagen de una vida más fácil. Dentro de dos días, recogerá las 268.000 rupias que le prometieron, comprará un nuevo taxi motocicleta para su marido, algún juguete para sus hijos, comida, y podrá regresar a su vida de mujer india en una chabola cerca del aeropuerto de Mumbai.
Natalia, que viste para la ocasión, pantalón de lino blanco y camisola a juego, sandalias de cuero de tacón medio y pulsera étnica , acuna a su bebé recién estrenado, ve la misma cara de su marido en tamaño reducido, y sonríe complacida; dentro de dos días aterrizará en Barajas, ya madre, y regresará a sus reuniones del consejo de administración, a su ático con dos terrazas, un nuevo objetivo cumplido, y con el mismo vientre plano.


Nota. Este relato salió a raíz de conocer que cada vez es más habitual en el mundo occidental el alquiler de un vientre por motivos puramente estéticos. El destino, India, por motivos evidentemente económicos y la ausencia de una ley reguladora del número de óvulos a fecundar.

viernes, 9 de abril de 2010

al sur del sur

Llevábamos tres semanas en Madagascar, y menos de una hora, en el “taxi-brousse”, una especie de mini-van desterrada del primer mundo, herida de muerte, pero con las agallas suficientes para sobrevivir en esa tierra a la que casi nadie mira.
Una docena de malgaches, F. y yo respirábamos en penumbra, acomodando cuerpos y equipajes a cada curva, a cada salto, buscando un equilibrio sólo posible por el escaso espacio que nos era permitido.
La noche cayó de repente y la realidad nos arañó el pensamiento:
circulábamos con los faros apagados, encomendados a la experiencia y buena memoria de nuestro conductor; eso si, la velocidad no disminuyó a pesar de nuestros tímidos intentos de advertencia (moora moora , despacio, despacio) al piloto de fórmula 1 que nos había tocado en suerte; me envolví en mi pareo y me dejé dormir, estaba demasiado lejos de casa para preocuparme, y las opciones escaseaban.
De repente, me ví saltar del coche sin apenas abrir los ojos, empujada por el resto del pasaje. El taxi se había detenido en medio de “la carretera” y de su interior, tosía un humo espeso que daba a la escena una pincelada espectral.
Se inició entonces, el ritual de reparación malgache: un cigarrillo pegado a su sonrisa, un martillo, una botella de agua, cinta aislante y una linterna. La noche densa, tan sólo penetrada por los faros de algún coche que circulaba en sentido contrario, no invitaba al paseo, por lo que contagiados por esa calma y ante la imposibilidad de acelerar el proceso, nos tendimos en la estrecha lengua de asfalto, pegaditos a la cuneta, encendimos un cigarrillo y entornamos la mirada hacia el cielo tapizado: una espléndida vía láctea espolvoreaba infinidad de estrellas que competían con ganas para ser más hermosas, tremendamente cercanas, desplegando sus alas iridiscentes para envolvernos con su embrujo en un abrazo, y el resto del mundo careció de importancia.
Y sucedieron mil cosas, muchas horas, tres metros de cinta aislante, un pasajero perdido, 5 ó 6 martillazos, un puente caído, los primeros baobabs, unos cuantos cigarrillos….. algo muy parecido a la vida con sentido.


Foto: dentro del "taxi-brousse", camino a Morondava. MADAGASCAR

viernes, 2 de abril de 2010

pedí permiso

Pedí permiso a tus ojos,
para demorarme en su orilla
unos segundos, un suspiro
o tal vez,
lo que se tarda
en justificar una vida.

Y supe que no hacía falta
que aunque me diera la vuelta,
tus pupilas seguirían abrazando
mi nuca, retina y piel
tu mundo y mi esperanza.

viernes, 26 de marzo de 2010

mensajes....

Pisó tu móvil por la bandeja de entrada, con delicadeza, como esperando el permiso, ese leve tintineo en la pantalla, y el mágico sonido de un mensaje con latido; quedó por unos instantes diluido entre otras frases, palabras huecas o quizás algunas importantes. Se levantó de puntillas para recorrer curioso ese almacén de alegrías que tus ojos habían acariciado antes para acomodarse el primero en tu lista de solicitantes.
Cruzó ya más seguro hasta los elementos enviados, columpiándose en la osadía de un rayo de sol que en ese momento cruzaba ,y rozó sólo en la superficie letras que no le pertenecían, pero sólo por ser tuyas adquirían el matiz de interesantes. Vinieron luego unos minutos de extravío involuntario por tus juegos, tus borradores y hasta tu galería de imágenes.
Había temor en esas ocho letras puestas en fila para construir los cimientos de un deseo todavía crisálida.
El calor de tus yemas le avisó del momento en que por fin tus pupilas descendían hasta el dibujo de ese sobre naranja. Se abrió casi indefenso el escueto enunciado:
La T logró atraparte desde incluso antes, y cayó juguetona hasta el tobogán de su base.
Se enlazó por la E con un salto limpio y ya atrevido empeñada en no parar, salvando el espacio vacío para tomar aliento.
Volvía la E iniciando una dulce promesa abrazada con descaro al peralte de la S cimbreante, unida a la contundencia de la P que lucía la silueta de los sueños venideros; otra E impaciente remontó en línea la cuesta que se envolvía perezosa por el delicioso susurro de la R, y así hasta el torbellino de una O tímida ligeramente elíptica, como un broche de delicada armonía .
Desde ese óvalo perfecto, se lanzó hasta el perfil de tu sonrisa con cariño, como las cosas sin prisa. Se dejó arrullar por el baile de tus dedos que empujaban con alegría la tecla deseada; enviando mensaje decía : YA VOY …. las líneas más dulces y claras de la felicidad imaginada.

lunes, 15 de marzo de 2010

hammam

Una fina capa de polvo, la misma que se incrusta en todas las ciudades que merodean un desierto, me envuelve como una pantalla granulada… sin embargo, las emociones saben indagar en las grietas, por donde la curiosidad me lleva a recorrer HALAB (Aleppo).
Asfalto nuevo, calles que parecen viejas, un cielo moteado de minaretes esbeltos, a cuyos pies, casas de tejados planos, adobe y cemento, se postran humildes, como rezando en secreto; Tráfico caótico, estridente, puestos de comida, ojos que andan sujetos a un velo casi siempre negro, olores extranjeros para un olfato educado en occidente y los pasos embrujados al pisar un zoco viviente.
El sol resbala apresurado y permite a la noche extender su abrazo; es la hora del baño, público, un ritual mágico que perdura en ese medio oriente como el tiempo detenido, una llamada al diálogo. Las mujeres al fondo a la derecha, con horario pautado, toalla de algodón y chanclas de colores, música de agua, nubes de vapor que trepan hasta la inmensa bóveda con mil ojos por cuyas pupilas se precipitan haces de luz alunada. Ríos de jabón dibujan en mi piel la orografía de una mujer milenaria, complicidad femenina más allá de razas y madres patria, intercambio de risas, gestos, alguna mirada que instaura el auténtico vocabulario que sólo sabe interpretar el alma.
Y miro, y no me veo… pero me siento, difusa, volátil, al mismo tiempo con peso, específico, ensartada en el suelo de mármol, como una escultura que renace caprichosa, entre extrañas, feliz, generosa, mucho más que agradecida… y recupero el entusiasmo por disfrutar de las pequeñas cosas.
Aún con esa paz aprehendida, relego mi mundo a la última fila, desubicado por ese intenso aroma de oriente, pequeños sorbos de té dulce, y se me construye un nuevo argumento para no olvidarlo, para no perderme de vista.

Foto: hammam en Aleppo (Siria)

miércoles, 10 de marzo de 2010

re suelta

A veces me gustaría mirarte con los ojos sueltos, dispuesta a descubrirte nuevamente al siguiente parpadeo.
Así, libre de precedentes ,de futuros impuestos, alegre y desprevenida como la primera vez de los cuentos; libre de cadenas por inquietudes venideras, exenta de prejuicios acumulados en estratos más allá de la retina, esa hemeroteca de momentos antiguos que me induce a actuar según las normas aprendidas.
Y que en esa atención concreta, se dibujaran en mi horizonte las cosas hermosas que a menudo representas, instantes fugaces que se me instalan dentro y articulan los motivos que de forma aleatoria columpian el ánimo entre el cielo y el suelo.
Resulta sin embargo, que unas veces no quiero, y otras ni puedo, destrabar las emociones que se agolpan tras mi retina, apenas te veo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Los hombres que se depilaban más que las mujeres

Pablo, querido Pablo. Esta mañana confundí tu roll-on anti- ojeras efecto como 8 horas de sueño, por mi desodorante. Cuando el ácido hialurónico ha empezado a hinchar mis axilas, he tenido que utilizar tu crema de rosa mosqueta para calmar ese persistente y desagradable estiramiento y, supe que había llegado el momento.
Me voy.
He cambiado mi bono múltiple para 5 sesiones de rayos-uva + 10 depilaciones láser que me regalaste, por un billete de avión.
Recuerda que tienes hora para la manicura el próximo martes.

martes, 23 de febrero de 2010

la velocidad de una silla

Con esa maldita crisis, su radio de acción se había visto reducido a 2, puede que 3 km. como máximo. Si afinaba un poco la mirada podía adivinar la silueta de la competencia allá al fondo, justo al final de esa línea recta, donde la carretera enfilaba en una cuesta que obligaba a reducir la velocidad, y por lo tanto permitía a los potenciales clientes, observar mejor la carne ofertada.
Marina lleva mal el invierno, su silla de plástico estratégicamente situada en un recoveco de la cuneta, queda totalmente a merced del viento del norte que de forma acanalada empuja su respaldo fuera del amparo del bosque que tan sólo unos metros más a la derecha le sirve de improvisado consultorio para sus servicios rápidos.
Un maravilloso telón de fondo se extiende a su espalda, los últimos rescoldos de los Pirineos, estampados en suaves colinas que inclinan su cintura para retozar en la playa, una llanura amable de campos hibernados, el vivero de plantas, la masía con granja, el almacén distribuidor de bebidas, y la promesa azul de un horizonte de agua salada. Pero, ella permanece ajena a todo lo que no sea el cálculo minucioso de vehículos con conductor masculino no acompañado que cruzan como rayos, intentando captar su interés con su vestido corto, sus piernas muertas de frío, sus tacones de plástico desgastado y un contoneo mal interpretado pero infalible para los instintos básicos.
Por suerte, la semana pasada, la Dirección General de Tráfico, instaló un radar en el punto kilométrico 15.4, epicentro de las actividades de Marina y tan sólo a dos metros de su silla de plástico.

jueves, 18 de febrero de 2010

con fianza

Ya puedo conectar, aún con un hilo tenue, el átomo de un instante con el que le sucede. Cada vez el vacío entre un segundo y otro, parece menos largo, deja de suspenderse en la ingravidez de la nada para conformar un minuto, un espacio con contenido.
Se inicia como un ligero reverberar de las ganas, un eco de sonrisas desde la sima profunda a la sinuosa curva en que por fin la cima ya se alcanza; la capacidad de movimiento sigue ahí, intacta, acompañada de cerca por pensamientos limpios, salvados de las garras de esa membrana de palabras gelatinosas, oscuras, mal tragadas.
Ya puedo aceptar el compromiso de libertad que otorga la confianza.

lunes, 15 de febrero de 2010

breve declaración de amor

Cada mañana, despierto con la certeza de esa mirada, y pienso, que quiero seguir toda mi vida aquí acurrucada.
Abro el grifo, y no dejo, mientras atrapo el agua fría, de observarme en el espejo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

eso.... al menos

Miguel Hernández
Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre,
claro y profundo.

domingo, 31 de enero de 2010

re intento

Pasos cortos, caparazón rugoso, y el desamparo rebozado por minúsculos copos de arena, el nuevo mundo perpetra el ensayo de lo que justo ahora empieza. Ya no hay vientre, ni alimento, llegó el tiempo de manufacturar las herramientas, precisas, concretas, trazar el camino, sostener el aliento, tan frágil como pequeña, tropezar con dudas y un batallón de miedos, reinventar otro nombre para la vida nueva.



Y temblando eliges senda, urdes el estreno, que te pertenece por haber decidido a pesar de todo, acompañar tu respiración, bi-intentar un pacto de acercamiento entre la tristeza y tu resto….
Fotos: P.N. TORTUGUERO (COSTA RICA)

martes, 26 de enero de 2010

juego de manos

Con la garganta anudada, tiento la comunicación, miro mis manos, esos diez dedos que gesticulan al aire piruetas desmayadas. Y todavía me sorprendo al comprobar que les falta impulso, siguen siendo un reflejo de lo que dentro de mí se está fraguando.
De vez en cuando un giro nervioso seguido de un gesto casi involuntario, repliegue inmediato, protejo la escasa energía que me vive y escucho el sonido hueco del goteo que sólo alimenta pensamientos tristes .Intento un nuevo acercamiento, pero los ojos que me quieren saben que estoy sobreactuando, vistiendo mis falanges con gestos prestados ; veo en ellos acaso comprensión, pero disimulo, sigo fumando , ensayo un comentario gracioso pero rebota estridente como un acento mal colocado en ese parloteo yermo, sin la chispa a la que ya ellos, yo, nos habíamos acostumbrado.
Desisto, será que la paciencia debe durarme otro rato, y cuatro de cinco se acercan a mis labios
.

martes, 19 de enero de 2010

el infierno de los ángeles

Más que hijos, parió hermanos.
Su vientre fue casa de muñecas y destino involuntario de los puntuales apetitos de aquel diablo con su mismo apellido; Decía él estar pasando una mala racha que se prolongó durante años, a intervalos sucesivos de paro y tragos malos. Natalia aprendió a no llorar cuando las embestidas del animal la desgarraban por dentro. Y menstruar resultó menos doloroso que los tres partos que vinieron, tres, casi consecutivos, en aquel sótano húmedo que olía a castigo.

Pagó por pecados ajenos hasta cumplir 25, más o menos . Dijo basta, quería dar otra vida a sus niños. Fabricó un puñal de odio y atenta esperó escuchar los pasos temidos, notándose viva, después de tanto tiempo…. Pero esa noche algo sonaba distinto, y en tan sólo unos segundos a un penetrante olor a alcohol le siguió la silueta rota de su verdugo. Cayó como un grotesco muñeco de trapo en el suelo, frío también, sobre el que iba cayendo un delgado hilo de sangre escapado del oído.

viernes, 15 de enero de 2010

continente, contenido....


Contención, si , eso dijo … y acto seguido lloré.
Sentí cómo la última gota tomaba impulso y soslayaba ese borde, saltaba de mis ojos vaso de cristal temblando.
Ocho pares de iris se posaron en mis manos empeñadas en tapar la lluvia, mientras pensaba a la velocidad del rayo la forma de disimular el mar, la tormenta desatada … el por qué, carecía de importancia.
No eran lágrimas buenas, de esas que troquelan suave mejilla y piel , que limpian atascos y dejan la rabia interna deshacerse en mil pedazos . Eran las otras, las que cubren de lodo cuanto encuentran a su paso y siguen imperturbables… entrada gratis para la quintaesencia del fracaso.
Pocas y enredadas como un grito estrangulado, las buenas regresaron a casa , tragué con fuerza saliva amarga y el dedo índice puso la U en mis labios.
Esta mañana sin embargo, tuve la certeza que a ese no se qué interior,
le quedaban a lo sumo, horas para morder la puerta.

lunes, 11 de enero de 2010

locura y amor

- Mi padre se está volviendo loco, y probablemente él sea el único a quién no importe -piensa- e intenta buscar las palabras que lo saquen del particular descenso a la pataleta de su cerebro dañado;
Lo ve esconderse en esos arranques de rabia, huir , la cabeza anclada en sus 11 años.
Grita enfadado, pero en lo profundo de su garganta se ahogan lágrimas de miedos antiguos, monstruos que susurran al oído no hace falta que corras, estamos contigo. Paula imagina a ese niño con las bombas cercenando sus juegos, la pobre vida linchada por una guerra que dispara a quemarropa iras de las que nada sabe, y cartillas de racionamiento.
No es necesario que pase más de media hora, para que la tele le arranque una carcajada líquida y fresca tan real como la certeza que la nube aunque no se evaporó tomó el pasaje de vuelta. Suspira tranquila mientras papá toma sus natillas de merienda y retoma la charla con su madre preocupada por la ola de frío, y tu padre salió a comprar el periódico con el pijama bajo el abrigo, sin gorra, ya ves el caso que me hace, repite cada lunes agotada por discusiones inútiles que desgastan sus más de 50 años de esposa.
Paula, se pone el abrigo, ata la correa a la perra, pasa por la cocina a recoger un bote de ese caldo que le alimenta la vida y sonríe desde el alma a esos dos ancianos que la acompañan cariñosos hasta el final del pasillo.

viernes, 8 de enero de 2010

a destiempo

Nunca imaginé que la tarjeta del paro, incluyera el destierro, un ensayo de expulsión más allá del grado de productividad, de la realización profesional, de merecer un sueldo.
Los primeros días, aún con un pie intentando despegarse de la rutina, intuyes que no es tan grave eso de estar sin trabajo, aunque la mayoría de ojos te mire con pena y unte tus supuestas heridas con frases hechas .
Inmediatamente seguido, y en un acto de valentía, te quitas el reloj, dejas que una burbuja de aire empiece a envolverte, das permiso a tus sueños, y te deslizas por la pista las manos al viento, los ojos cerrados, la cara de boba e incluso esquivas con gracia algún que otro dardo envenenado.
Confiada, ya pasas los días a un palmo del suelo: lectura, un café a media mañana, una charla serena, paseos por el súper, los jueves yoga, el blog ordenadito, y todo en una extraña dimensión de tiempo.
Y con mucho, mucho miedo te compras un billete, viajas lejos, sola y pequeña, dispuesta a romper muros, a lavarte la mirada, a echarle un pulso al ego.
Ingenua, regresas al hueco, y ya no encajas, como si en tu ausencia alguien le hubiera cambiado la talla… y ahora qué? , te dicen, te dices, te dirán mil veces, como esperando ver el momento en que sumisa, te ciñas de nuevo el collar y lo agarres a la rueda del “todos jodidos pero contentos”.
Simulas no hacer caso, pero en algún rincón de la culpa, ya se ha gestado tristeza , dices no con la boca pequeña, vuelves a desmedir los días, le echas la culpa al letargo de un invierno denso, que las vacaciones se acaban, incluso para los que vivimos en destierro.

miércoles, 6 de enero de 2010

anatomía de un flechazo

Sintió primero la calma, la que se respira mientras la nieve cae en pequeñas virutas de azúcar helado. Y más tarde el frío se dibujó en su piel como un mapa extraño trasladándose en pequeños giros desde el pecho a su espalda; las vértebras, una a una, adquirieron la misma rigidez de un cuello de camisa recién almidonado. Por su parte las piernas, empezaban a doblarse masticando un fémur con la inverosímil textura de un chicle de fresa ácida. Los pies incapaces de soportar la avalancha de un cuerpo transformado se hundían, los tendones afilados cortando las capas de asfalto en millones de partículas de arena fina, casi dorada. Los ojos daban por cada segundo, tres vueltas de campana, el iris en un tiovivo, sin darle tiempo a los párpados para que las pestañas pudieran siquiera rozarse las manos. Quedaba sin embargo un pedacito de cerebro acurrucado en la nuca, una isla dormida a la que todavía no había llegado la marea de hormigas que desde la primera calma trabajaban en fila india por el resto de su espacio.
Entonces se estrenó una sonrisa, y supo sin lugar a dudas que se había enamorado.


Foto: Gerard Piqué ( jugador del FC. Barcelona)

domingo, 3 de enero de 2010

yo, soy tonta

Desciendo, sin demasiadas ganas a un enero recién puesto, todavía amortajado por el caos festivo, la tradición de monedero, esa locura con la que intentan hacernos creer que ha terminado el año. Veo las mismas caras, idénticos gestos y me tranquiliza la certeza de pensar que como era previsto, nada parece haber cambiado. Todavía siguen abiertas las tiendas en domingo, esperando ansiosas la visita de esos reyes vagos, esos mismos que cuando sí era una niña poseían en exclusiva la propiedad de magos, alquimistas de sueños menudos, 3 merlines multiculturales, los dioses repartiendo caramelos.
Pero resulta que ni “ellos” han podido resistir el embate de los cuervos, que picotean malévolamente por entre las grietas de los recuerdos… y ahora por la tele, aparece un actorcillo entre estanterías repletas de electrodomésticos que pretende jugar a adivino y deja estupefacta a una madre que ni siquiera sabe cuántos amigos tiene su hijo en el facebook.
Será que todo va más deprisa de lo que mi ingenuidad imagina, por eso, me quedo, anticuada y pequeña , rematadamente tonta, en ese rincón de mis sueños.
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