viernes, 13 de junio de 2008

melancolia de amor

Nicole aparece ante mí, aunque me cuesta reconocerla. Su voz, toda ella se muestra apagada, frágil, como una pluma que desciende suavemente y roza el suelo.
Adivino su dolor, en el mismo instante que las lágrimas asoman y me habla de su pérdida… del vacío tras un amor compartido 50 años y que ahora, la mantiene injustamente viva en un mundo que ya no le interesa.
Sobrevivió a José y quienes dicen quererla, la invitan al olvido…..
Como una pálida luna menguante, transita por los recuerdos y esa belleza, esa fuerza que me subyugaron cuando la conocí, se diluyen en la soledad impuesta por el implacable paso del tiempo.
Me invade la ternura, y la acojo en un cálido abrazo al que acude derrotada, vulnerable, abandonada al desamparo. La entiendo, siente todo el amor que se le escapa, y puedo, por unos instantes acariciar su corazón triste.
Era, ay que pena!!!! una mujer magnética, con un cierto aire de hermosa dama antigua, vibrante, emprendedora , culta y viajera, adorada por su caballero, un anciano tranquilo y valiente que se lanzaba ilusionado a las más inverosímiles aventuras que ella preparaba, olvidando achaques y superando barreras en dulce compañía.
Fueron sólo unos minutos, los que compartió con una casi extraña el dolor que la aprisiona, y a pesar de ello, vislumbré la magia, con la que dos seres habían construido una vida; sentí admiración, melancolía de amor, y supe, sin lugar a dudas, que todo había merecido la pena.

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