viernes, 16 de abril de 2010

se alquila

Aprieta los dientes, y empuja con todas sus fuerzas , mordiendo el ribete de su sari rosa, ahora doblado hasta su boca y que tapa casi por completo su rostro desencajado. No llora, ni grita, ha aprendido a tragarse el dolor después de cuatro partos.
Radha siente por fin la liberación bajo su vientre, y nota como ese pedacito de vida escapa de su útero y asoma por entre sus piernas, en el mismo instante que la doctora lo recoge y corta con presteza el hilo que todavía los funde en un solo latido. Apenas si acierta a intuir el cuerpo menudo, extraordinariamente blanco, extraño, al que nunca más volverá a ver, y que ni siquiera ha tocado.
Respira pausada y exhausta, en la camilla del barracón del hospital; el calor golpea fuerte las paredes de chapa, y se deja acunar por el sopor de media tarde agarrada a su sari, y a la hermosa imagen de una vida más fácil. Dentro de dos días, recogerá las 268.000 rupias que le prometieron, comprará un nuevo taxi motocicleta para su marido, algún juguete para sus hijos, comida, y podrá regresar a su vida de mujer india en una chabola cerca del aeropuerto de Mumbai.
Natalia, que viste para la ocasión, pantalón de lino blanco y camisola a juego, sandalias de cuero de tacón medio y pulsera étnica , acuna a su bebé recién estrenado, ve la misma cara de su marido en tamaño reducido, y sonríe complacida; dentro de dos días aterrizará en Barajas, ya madre, y regresará a sus reuniones del consejo de administración, a su ático con dos terrazas, un nuevo objetivo cumplido, y con el mismo vientre plano.


Nota. Este relato salió a raíz de conocer que cada vez es más habitual en el mundo occidental el alquiler de un vientre por motivos puramente estéticos. El destino, India, por motivos evidentemente económicos y la ausencia de una ley reguladora del número de óvulos a fecundar.

18 comentarios:

Unknown dijo...

No termino de decidir si me parece monstruoso o genial ¡ Hay tanto imbécil pudiente en el primer mundo y tantos necesitados en los restantes...!

TORO SALVAJE dijo...

Que fuerte.
Que esclavitud la de los pobres...
Que pena.

Besos.

Dol dijo...

Tremendo,tremendo.
No sabía que fuera legal, te lo juro.
Me parece aberrante , y lo más aberrante es que gente supuestamente formada del mundo próspero no se dé cuenta de que se comportan como caciques.
Besos.

matrioska_verde dijo...

Felicidades Ilia porque es un relato perfecto y estremecedor, realmente no tenía idea de que ésto estaba sucediendo.

¡que triste!

biquiños,

virgi dijo...

Impresionante.
¿Hasta dónde llegará la imaginación de los que pueden, para sacarle partido a los que no?
¡Qué bien lo cuentas Ilia, a pesar de lo triste!
Un fuerte abrazo

Miguel Baquero dijo...

Es horrible que ese comercio de vientres exista, tan grave como la forma, casi tan vieja como el mundo, en que algunos compran niños a sus padres por una lavadora o una cafetera

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Comento y me dicen que el servicio no funciona. Me enrabieto. Te decía que coincido con Rodrigo, Toro,Reyes, Aldabra...y con Miguel Baquero y la afirmación de que esto es un ejemplo más de millones de compras cotidianas que aceptamos.
Definitivamente no comprendo nada, nada, de este mundo que no es mi reuino.
Un beso.

I. Robledo dijo...

De los altos ejecutivos y ejecutivas es posible esperar cualquier cosa... Entre la gente sin escrupulos todo es posible, y ellos son los que alcanzan los altos puestos del mundo moderno.

Las gentes sencillas nunca dejaran de ser gentes sencillas, en la India y aqui.

Un abrazo, amiga

pepa mas gisbert dijo...

Las razones de todos, buenas o menos buenas, incluso dolorosas o puramente estéticas, son dificiles de juzgar. Es un tema en el que las opiniones pueden cambiar en cada caso.

Eso si, tu texto, estupendo

Luis Cano Ruiz dijo...

Que triste y deprimente esta sociedad que vende su ética por su estética.

¿Hacia donde lleva esto? dentro de poco, en vez de vivir, simplemente soñaremos.

Gracias por el relato, y por darnos a conocer esta triste noticia.

Gárgola dijo...

Tu relato hace cercana una realidad a la que apenas sabemos que existe.
Mi apreciación seria una mezcla entre lo que dice Rodrigo y Alma.

besos Ilia y gracias por estos momentos de buena lectura y reflexión.

Anónimo dijo...

Todavía tengo la capacidad de indignarme, no está todo perdido.

Un abrazo.




John W.

Anónimo dijo...

Dicen que existe el lado gris de las cosas. Esa zona tan breve entre lo negro y lo blanco. Donde muchos quieren estar. Es una lástima.

Abrazos

manu dijo...

El mundo está enfermo. Me gusta la crudeza de lo narrado, la perspectiva, una manera de buscar el choque y abrirnos los ojos.

Beso!!

Raúl dijo...

Lo único positivo que atisbo a ver, es que tras la inmundicia del pacto, al menos surge la vida.

Antígona dijo...

Tu post me genera sensaciones y reflexiones contradictorias.

Por un lado, la existencia de madres de alquiler es un hecho socialmente aceptado en algunos países como forma legítima y legal de solventar el problema al que se enfrentan muchas parejas por desear tener hijos y no poder concebirlos. No comprendo ese deseo que no acepta satisfacerse por otras vías, como podría ser la adopción. Pero en realidad no me atrevo a juzgarlo, porque el deseo de ser madre me es totalmente ajeno. Y que los motivos sean de índole médica o puramente estéticos no sé si afecta en exceso a la cuestión. Eso sí, habla perfectamente de la estupidez de algunos humanos y de su obsesión por la apariencia física.

Lo que, sin embargo, no deja de revolverme las tripas es el modo en que los ricos utilizan a los pobres, más cuando hablamos de diferencias tan extremas entre la riqueza y la pobreza. Supongo que es, en el fondo, el mismo debate que con la prostitución. Si se trata de una actividad libremente ejercida, estupendo. Pero, ¿hasta qué punto cabe hablar de libertad allí donde la necesidad y la carencia son tan urgentes que fuerzan a contemplar posibilidades de paliarlas que nunca serían contempladas de no existir tal grado de necesidad y carencia? Hay situaciones en las que no es posible hablar de libertad de elección y sí de explotación que se aprovecha de la falta de recursos de quienes se "dejan" explorar. Una explotación que sí me atrevo a juzgar de inmoral.

En cualquier caso, un placer reflexionar contigo y un placer que la reflexión la suscite un relato tan bien trabado como éste.

Un beso y una sonrisa!

ALEX B. dijo...

Tu texto es muy bueno Illia.En cuanto a opinar, me cuesta.Entiendo qeu las parejas que no pueden tener hijos, a veces llegan a extremos de utilizar a otros más pobres para conseguir lo que quieren.Quizá antes lo han intentado de muchas maneras.Me gustaría pensar que sí.Pero no lo acepto en absoluto que sea por razones estéticas.No estiendo que tipo de madre puede llegar a ser esa persona.
Besos.

Juanjo Montoliu dijo...

Es tremendo tu relato, pero siempre un poco menos que la realidad.