viernes, 23 de enero de 2009

destierros

María no es puta, pero de eso come y muere cada día, abriéndose de piernas y condenando ilusiones.
Hace tres años. En Barajas. Un sello en su pasaporte de ciudadana del desván del sur. Una maleta. Y en la mano, los diminutos dedos de Daniela. Entraron al mundo a hurtadillas..
Sus caderas brasileñas, perfilan un cuerpo tan hermoso como vacío, de mirada extraviada y recuerdos desterrados. Su vida se ahogó mientras sobrevolaban el Atlántico.
Su prima, dos amigas, la dueña del BRINDYS, ella y Daniela, comparten 30 metros cuadrados baño incluido. Noches tóxicas, copas prestadas, sexo con peaje. Y hombres, muchos hombres….desfilan, descargan ira y pena, dolor y placer de parias; algunos incluso, recuerdan su nombre y saludan al marchar.
Sergio es muy joven, tornero a jornada completa y genéticamente solitario.
Busca sexo y confidencialidad, fantasías en compañía. María vende orgasmos y él le regala una mirada. Ya es cliente fijo, y siempre la espera; a ella, no le importa, pero él se ha enamorado y ese último viernes de marzo, decide rescatarla. Un ático limpio, luminoso, sólo para ellos. Todo parece anunciar esperanza, pero María sigue inexplicablemente su misma rutina. Se sumerge en la oscuridad, cierra los ojos y resurge tambaleante al alba. Sergio deja de descontar los minutos de otra larga noche en soledad, la mira desamparado, y ella se desploma en la cama; discuten, lloran, otra grieta en la convivencia, un paso más hacia el abismo; el día amanece deshilachado, mientras María lanza un alarido y llama a Daniela ,es un grito desahuciado, desgarrador. La niña-madre, abraza a su madre-niña, acaricia sus lágrimas y la envuelve con su calor. Cuando la suelta, duerme, derrotada entre sollozos.
Son las 8 de la mañana; Daniela, desde sus ojos valientes, y su cuerpo de 12 años, lanza una señal a Sergio para que la arrope y le quite los zapatos. Sale de la habitación, prepara sus cereales con leche fría, se peina mientras pide al espejo que le borre el miedo, coge su mochila y cierra la puerta camino de la escuela.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

La palabra es ESTREMECIDO.

De arriba a abajo.

Eres grande.

Besos.

Luis Cano Ruiz dijo...

Impctante y triste. Muy bueno.

Munamucami dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Una fisura en el tiempo para asomarse.



Saludos cordiales.


g.

kol dijo...

haber existido acompañando indicios, siendo un sintoma, preparando con esmero el retorno a la tierra. haber existido y fingir que hemos aprendido algo despues de respirar espacios llenos de miseria, de hambre renovada.haber existido sin abrazos para despues del miedo, eceptando al fin que el mundo tambien nos ignora.
MUCHA, MUCHA SENSIBILIDAD LA SUYA...GRACIAS DE CORAZON.
kol