martes, 19 de enero de 2010

el infierno de los ángeles

Más que hijos, parió hermanos.
Su vientre fue casa de muñecas y destino involuntario de los puntuales apetitos de aquel diablo con su mismo apellido; Decía él estar pasando una mala racha que se prolongó durante años, a intervalos sucesivos de paro y tragos malos. Natalia aprendió a no llorar cuando las embestidas del animal la desgarraban por dentro. Y menstruar resultó menos doloroso que los tres partos que vinieron, tres, casi consecutivos, en aquel sótano húmedo que olía a castigo.

Pagó por pecados ajenos hasta cumplir 25, más o menos . Dijo basta, quería dar otra vida a sus niños. Fabricó un puñal de odio y atenta esperó escuchar los pasos temidos, notándose viva, después de tanto tiempo…. Pero esa noche algo sonaba distinto, y en tan sólo unos segundos a un penetrante olor a alcohol le siguió la silueta rota de su verdugo. Cayó como un grotesco muñeco de trapo en el suelo, frío también, sobre el que iba cayendo un delgado hilo de sangre escapado del oído.

19 comentarios:

El Drac dijo...

las personas que soportan tales bajezas acumulan un odio tremendo hasta llegara la demencia de tal manera que lo que no pudiera ser causal de un asesinato,mira que lo fue en tu historia y aquí en Perú hubo un caso similar muy sonado.

TORO SALVAJE dijo...

Tuvo lo que se merecía.
Mucho antes tendría que haberlo hecho.

Besos.

Anónimo dijo...

La valentía del egoísmo es uno de los principales motores de la libertad. Creo.



John W.

milagros dijo...

Pobres criaturas, el daño que se les hace lo pagarán de por vida. Nadie debería nacer en un núcleo como ese.
Un abrazo

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Qué barbaridad, Ilia. Nunca te había leído así. Qué terrible dolor guardado y cuanta justicia final.
Tremendo, bellísimo, desolador. La primera frase atrapa y...
Un beso admirado.

virgi dijo...

Querida Ilia, creo que vivir esa experiencia te marca para siempre. Y de manera triste. Hay que tener valor para solucionarlo sea como sea.
Muy fuerte como lo has descrito.
Un abrazo, preciosa

ybris dijo...

Hay violencias que se comprenden.
Hay comportamientos que no se comprenden.
Lo triste es esa realidad macabra del infierno de los ángeles.
Estremecedor.

Besos

ALEX B. dijo...

Mi querida Illia, no se´que veo en tus últimas entradas...porque aunque escribamos relatos o cosas imaginadas,por algo escribimos algo triste o algo terrible.
Espero que te encuentres bien y que el ánimo de esa sonrisa preciosa que seguro que tienes aparezca nuevamente.
Un beso

pepa mas gisbert dijo...

La palabra venganza no cuadra con tu relato, ni siquiera la de hacer justicia. En este caso, sólo se ha hecho lo justo.

Un abrazo, desgarradora imagen la que hoy nos presentas

Miguel Baquero dijo...

¡Qué panorama más terrorífico! Y lo malo es que siguen existiendo, en el fondo de los sotanos. Por eso me alegro del final

matrioska_verde dijo...

ojalá esto fuese sólo un relato y no hubiera por ahí alguien metido en un sótano sin que nadie lo sepa.

¡que terrible!

el relato está genial sobre todo la primera parte me parece impecable.

biquiños,

Raúl dijo...

De bajezas morales, está el infierno lleno.
Duro el relato. Y bueno.

Gárgola dijo...

Más que un relato muy bien escrito, esta es la realidad ocultada por más personas de las que podemos imagimar... muchas veces no hay testimonios, no hay hijos, no hay desgarros físicos (sí los del alma), queda el manto de silencio y la vergüenza que punza. Vidas rotas.

besos

Anónimo dijo...

Estoy de acuredo con los comentarios, lo peor es que pasa realmente. Muy fuerte. Eso tiene que marcar a fuego. Me ha gustado este final "feliz".
Un abrazo y buen fin de semana!

Cesc dijo...

Si hasta los ángeles bajan al infierno, ¿que esperanza nos queda?

Antígona dijo...

Perdona si estoy un poco tonta pero yo no entiendo de tu relato que sea ella quien acabe con él.

Más bien leo un milagroso golpe de gracia, de justicia poética, que termina con el verdugo sin intervención de su propia mano. Una justicia poética que la libra de la mancha del crimen para no añadir más dolor a su conciencia.

Sea como fuere, me ha encantado. Un relato con una fuerza enorme, Iliamehoy. Breve y contundente.

Un beso!

Juanjo Montoliu dijo...

Y se acabó el infierno.

Me gustó el relato. Esa sangre cayendo del oído parece la firma a una carta de libertad.

Besos

Susy dijo...

El instinto de conservación no solo se remite a defenderse en el momento preciso, si no mucho después de haber muerto varias o muchas veces, poco a poco.

La maternidad precoz es cosa poco desable, por llevar implícita el asesinato de la propia niñez.

Me ha gustado leerte.

I. Robledo dijo...

Terrible... Pero mas terrible aun que son cosas que pasan realmente...

Saludos, amiga