miércoles, 8 de julio de 2009

y...ahora, echo de menos...

Los pastelitos de nata en mi primera pastelería; la mirada de Olivia; la tuya, en algunos momentos; el instante en que mi hermana descubrió el mar; el atardecer en Petra; un té deliciosamente indio; la Quebrada de Humauaca; las horas de playa con Cristina; cuando los reyes eran magos; tus manos en mi cara; un zumo en las calles de Damasco; el verano de 1992; la primavera de Ushuaia; las hojas de otoño de mis 8 años; los domingos de cine con mi padre; jugar al escondite; mis trenzas sin canas; el amor en mis ojos, después de tanto….; mi llegada a Kathmandú; y el verano de 2001, y el de 2006; ser feliz en Navidad; reír por nada, llorar por nada; la llamada al rezo en la madrugada de Estambul; mi camiseta a rayas en las calles de Shangai; el dalai lama, y Dharamsala; los caramelos sugus; la vía láctea en el cielo malgache; el soñar que me amabas; cuando el miedo era una película; la noche en el caravansar de Shiraz; pisar la nieve sin calcetines en un bosque de Finalandia; el hamman de Beysehir; mi corazón sin tiritas; leer sin gafas; mis cervicales, antes de las jaquecas; mi segundo coche; mis chanclas brasileñas; las letras de tu nombre parpadeando en el móvil; cuando la caída de un diente, prometía el regalo de un ángel; no poder acordarme de mi primera redacción; y….

Puede que continúe…

16 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si continuarás pero me ha parecido tan bonito ... oye, has estado de verdad en todos esos sitios?
Jo, qué suerte.
Besos sonrientes.

TORO SALVAJE dijo...

Sobre todo las letras parpadeando.
A que si?

Besos.

Mónica dijo...

A mí me encanta el día en que mi hermana descubrió el mar...

Gracias por tu visita. (por cierto me encanta tu foto de los baobas)

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Tantas cosas Ilia y tan queridas. Todas te forman parte, lo sabes; todas y muchas más están anudadas en las canas de tus trenzas, en las palabras que derramas, en el cariño que practicas... Qué bonito texto. Qué ricos aquellos sugus.
Un beso grande grande grande.

Anónimo dijo...

Es muy emocionante.

En mi caso el verano de 1994.



John W.

Tumulario dijo...

Gracias por pasar por mi casa, cuando quiera puede volver, yo intentaré pasar alguna vez más por la suya.

Teniendo tantas cosas pasadas que echar de menos, tantas y tan buenas, me imagino que la sonrisa sera real además de imaginada, yo por otra parte ultimamente intento mirar poco hacia atras y solo hacía adelante, y es que mi pasado cercano fué duro y recordarlo todavía duele, pero no desespero, llegará el día en el que mire hacia atras y sonría.

Anónimo dijo...

Me gustan las primeras partes.
Me sirven de referencias para las otras mitades.


Saludos descafeinados.

Juanjo Montoliu dijo...

Echar de menos puede ser hasta bonito, pero para ello hay que disfrutar del momento.
Veo que tú lo has hecho, y dentro de un tiempo tendrás muchas más cosas que añorar.
Habrá segunda parte.

ALEX B. dijo...

Seguro que una vida así de ancha seguirá siendolo en todo su largo.
Feliz futuro
Besos

Elena dijo...

Yo que tú seguiría construyendo cosas que echar mañana de menos.

pepa mas gisbert dijo...

Como dice Carlos Marzal en un poema, esperar consiste en tener algo por lo que esperar. Y como dice Elena, hagamos que los momentos que vivimos ahora sean hermosísimos recuerdos (como los que describes) para mañana.

Saludos

NáN dijo...

Cuanta gente conocida deja aquí sus palabras.

Buena señal.

Con canas desde hace mucho tiempo, no me puedo permitir echar de menos. El futuro inmediato ya me vuelve turbulento.

Un abrazo

Miguel Baquero dijo...

Parece que no, pero cuando uno se sienta a mirar atrás... la de cosas que llevamos acumuladas.

Qué suerte haber estado en todos esos lugares

Raúl dijo...

Nada previsibles, por mucho que sea un dejavu, y ciertamente encantadores, son estos viajes espontáneos a la nostalgia. Sobre todo, si están bien escritos, como es el caso.

matrioska_verde dijo...

igual que Toro me he quedado prendida de las letras parpadeando... porque de todo lo que has contado, lo más importante sigue siendo (para mí) el amor ausente.

bicos,

virgi dijo...

Seguramente continuarás, porque cada día te depara nuevas sensaciones, que luego nos traspasas tiernamente. Gracias, besos