jueves, 24 de septiembre de 2009

el equilibrio aparente

- Si hoy es martes, entonces Pablo tiene sida – se dice Laura mientras termina de fregar los restos del vómito al lado de la mesilla-
Recoge el cubo y dispensa una sonrisa apaciguadora al rostro que se sostiene sobre un cuerpo astillado que apenas dibuja arrugas entre el colchón y las sábanas.
Sale al pasillo mientras observa el reloj; su turno ya ha terminado. Encerrada en la habitación de taquillas adosadas, muda su uniforme manchado de futuros desahuciados por el traje de las apariencias que viste al pisar la calle.
La noche de marzo se mezcla con el embrujo del perfume que destilan sus lóbulos cargados de oro y plata; y el tráfico ahora menos denso, permite tararear el sinuoso taconeo de unos zapatos muy caros.
Ya en el coche, y tras recobrarse en el espejo, dibuja en su frente perlada de retinol, el mapa de sus recorridos en la rutina semanal.
Conduce despacio, la prisa por llegar a casa cayó herida de muerte en la alfombra persa del dormitorio, en ese instante de duda que Alvaro convirtió en la punzante certeza de una infidelidad. Y al lado de la prisa, con los años fueron enterrándose entre los hilos de lana, la alegría, el deseo, la paciencia y el amor; por el dúplex de 220m2, desfilaban cada día, el silencio, el abismo, y un enmohecido por qué me has hecho esto? ataviado con un rencor que seguía creciendo.
Aparca en el garaje, lanza un hondo suspiro y mientras sube las escaleras, llena su cerebro de horas y obligaciones para mañana : una equilibrada combinación lúdico-caritativa diseñada para sobrevivir en las afueras del pensamiento.
Cuando abre la puerta, la escena de su vida aparece inmutable: Alvaro lee el periódico distraídamente en su sillón, la cena dispuesta en la mesa que Nancy dejó antes de marchar, Laurita jugando abducida en la wii y Cora, la perrita, el único ser animado que se acerca a recibirla. Mientras se agacha a acariciarla, vuelve esa náusea impertinente que dura lo suficiente para recordarle …. Qué más da, ya pasará.

19 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

La vida de Laura tiene sida.
O pone remedio o acabará con ella.

Tantas apariencias hacen que ya no me crea nada de nadie.

Besos.

ybris dijo...

Tu escrito atrapa.
Hay descripciones que subyugan.
Como hay entradas en casa que hieren de muerte las prisas con sus dudas o certezas de infidelidad.
Y al final queda la náusea en vez de la recepción acogedora.

Besos.

Raúl dijo...

Me ha encantado. Hoy sólo te digo esto.

Nuareg dijo...

Estupendo tu text. Enhorabuena y continúalo.

Vagalume dijo...

Soledades profundas que arraiga el dolor. Mejor vomitar allí mismo y cerrar la puerta por fuera.

Buenas narraciones.

Un bico.

Anónimo dijo...

El aceptar que la vida hay que vivirla y que es otro trámite es muy duro.

Ella lo acaba de hacer.

Muy bien escrito, Enhorabuena.


John W.

pepa mas gisbert dijo...

Dedicarse a la caridad porque tu marido es infiel proporciona un equilibrio totalmente inestable.

Un muy buen texto

Un abrazo

Miguel Baquero dijo...

Está muy bien narrado. Entiendo que la mujer, que vive en un duplex de 220 metros cuadrados, con asistenta que deja preparada la comida antes de irse, alfombra persa y todo lo demás, está empleada como señora de la limpieza por venganza hacia su marido infiel. Algo así como Belle de jour pero totalmente al revés

virgi dijo...

¡Cuánta vida diversa entre un lado y otro del umbral!
Ilia, me gustan tus textos, besos muchos

Jorge Ángel Aussel dijo...

Cuánta soledad se expresa en este texto. Así estamos todos algunas veces, porque somos seres individuales conviviendo en comunidad.

Mis saludos desde Ángel Poético.

matrioska_verde dijo...

Es un relato buenísimo. Bien contado. Bien definidos los personajes diciendo tan poco/mucho de ellos.

biquiños,

matrioska_verde dijo...

Es un relato buenísimo. Bien contado. Bien definidos los personajes diciendo tan poco/mucho de ellos.

biquiños,

ALEX B. dijo...

me dan rabia esas vidas atrapadas.
estupendo relato de principio a fin
besos

irene dijo...

Demasiado espacio para tanta soledad, seguro que Nancy jamás te defraudará, una certeza un tanto agridulce.
Me encantó tu relato.
Un beso.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Bestial. Buenísimo.Fantástico. Tremendo. Desde el principio (insuperable si A entonces B) hasta el final pasando,desde luego por la alfombra persa y la duda ya certeza.
Precioso, querida Ilia.
Y ahí,no estamos.
Un beso fuerte.

Onminayas dijo...

Una marina urbana con todas sus consecuencias... Pinceladas amargas sobre un futuro que a veces ya no nos resulta tan incierto.

Me atrapó. Un saludo.

Anónimo dijo...

Real como la vida misma... Tenerlo todo sin tener realmente nada...
Maravilloso relato. Un abrazo!

Juanjo Montoliu dijo...

Excelente.

Antón Abad dijo...

¡Qué triste maravilla nos ha dejado hoy!, un excelente retrato que pide ser leído más de una vez; pero sólo por volver a disfrutar del manejo hábil de las palabras y las imágenes.